Me pongo sentimental

Desde pequeño siempre me gustaron las maquinas recreativas, el otro día hablando con Laura y con una amiga, comentaba que me gustaría comprar una recreativa antigua, un Double Dragon por ejemplo y que cuanto costaría, pero ellas dos no parecían entender por que iba a querer un mamotreto que ocupa mogollón y que solo tiene un juego cuando puedo comprarme un Playstation. Y es que no se si os habréis dado cuenta de algo que a mi personalmente me da mucha pena, en Gran Vía ya solo queda una sala de maquinas, si, en serio. Para aquellos de vosotros que halláis crecido en la era de las videoconsolas de nueva generación esto será una tontería, para mi que crecí jugando a mi Spectrum 16K, es una visión desoladora, Gran vía era a las maquinas lo que Mónaco a la formula 1, la mejor carrera, por que en gran vía estaban los mejores recreativos, siempre con las ultimas novedades en juegos, que en otras partes ni siquiera llegabas a ver u oír. Cuando pienso en ello me pongo sentimental, recuerdo maquinas míticas como el Combat School, o la primera versión de Street Fighter II, las primeras maquinas en 3D, todo esto ahora esta superado, ¿Quien quiere jugar a esto pagando cuando puedes jugar a tu PS2?, pues yo, yo quiero una maquina para mi salón, quiero uno de esos juegos con los que crecí, y seria una de las cosas que mas ilusión me harían, por eso me pongo sentimental y no quiero que desaparezcan, pero claro, es ley de vida, los viejos poco a poco son sustituidos por los nuevos y esas cosas, y las salas de maquinas cada vez dan mas pena, pero siempre estarán ahí formando parte de mi vida, y es por eso por lo que quiero una maquina en mi salón.